jueves, 17 de diciembre de 2015

Déjà Vu. Del 82 a 2015, PSOE y Podemos o cómo la socialdemocracia actúa de comadrona de los partos difíciles del capitalismo.

                                  
                 


 

Para la izquierda fue una travesía por el desierto. La lucha de clases dejó al enemigo -el Capital- solo en el campo de batalla. La indignación dio paso a la indiferencia, y ésta a la apatía. Fueron mayoría los que se marcharon para casa, abandonado la militancia y la movilización. Muchos jóvenes se convirtieron en pasotas. No pocos se encontraron con la heroína, que causó estragos en una generación entera de jóvenes que había soñado con la toma del palacio de invierno. Otros muchos comenzaron a considerar que el estilo de vida aburguesado y consumista no estaba tan mal... La estocada final vino con la caída del Muro en 1989. ¿Cómo oponerse al capitalismo, que además la socialdemocracia había conseguido rebautizar con el nombre cachondón de economía social de mercado?

Aquella paliza política que recibió la izquierda obedeció a muchos factores, pero casi nunca se mencionan dos que también actuaron. Por un lado, buena parte de aquellos jóvenes movilizados y militantes, contaban con una deficiente preparación ideológica, con lo cual resultaban presas fáciles del ilusionismo creado por el PSOE. Por otro lado, el hecho de haberse gestado toda una generación de dirigentes muchos de los cuales mostraban sobrepeso de ambición personal y de protagonismo, lo que les condujo a abandonar el barco y a subirse al carro del PSOE a la primera de cambio.



 

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Déjà Vu. Del 82 a 2015, PSOE y Podemos o cómo la socialdemocracia actúa de comadrona de los partos difíciles del capitalismo.



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