lunes, 21 de agosto de 2017

Islam y terrorismo: una manipulación muy interesada. 

 

El Rey de España Felipe VI recibiendo el reconocimiento de manos del Rey de Arabia Saudí Salman Bin Abdelaziz, en su visita a la monarquía wahabita en Enero de este año. Cabe destacar que la dinastía saudí es internacionalmente señalada como promotora del grupo terrorista Estado Islámico, Al Qaeda y otros grupos yihadistas, que han sido - y están siendo - usados para derrocar Gobiernos en el arco mediterráneo o cometer acciones terroristas en países europeos, como el atropello masivo en las Ramblas de Barcelona o sucesos de Cambrils del día 17 de Agosto.  No se conoce ninguna protesta formal del Gobierno de España ante autoridades saudíes.







 

 

 




Este comentario fue publicado como réplica al post de Mikel Itulain, publicado el 23 de Abril de 2017 Marine Le Pen: Llamamiento a los franceses para vencer al terrorismo.

Al considerar que - aunque en el contexto de las elecciones presidenciales francesas - mantiene su validez en cuanto al debate inacabable azuzado por quienes pretenden alentar una confusión interesada del Islam con el terrorismo, he creído necesario reflejar mi punto de vista ahora que esta brutal realidad ha golpeado en Barcelona, como lo hace a diario en otras latitudes del mundo. 
Valga para mostrar mi solidaridad con todos ellos.



Francia es copartícipe de la guerra en Siria y en otras latitudes.
El posicionamiento de Le Pen, una nebulosa de no intervención en la República Siria, es similar al que Trump cultivó y del que ahora en dos tardes se ha deshecho, porque mantenerlo era una carga que la urgencia de las necesidades de una parte del sistema capitalista, aquél que depende de la industria armamentista, del petróleo o del conflicto representa, y eso sin contar con intereses geopolíticos como los representados sobre todo por Israel en su confrontación con Irán.

El error es creer que el Islam como tal es LA AMENAZA, y no la instrumentalización que de él hacen sus interpretaciones rigoristas más radicales: el wahabismo y sus secuelas takfiris y salafistas, comandadas, financiadas y armadas desde Arabia Saudí, Qatar y las petromonarquías feudales.
Y estos países, desde su fundación y a través de alianzas internacionales con el capitalismo de corte occidental (EEUU, Europa, Japón), han sido y son la correa de transmisión, los aliados y los ejecutores de políticas que conllevan el intento de sostenerlo en un escenario de escasez de recursos y de mercados, en que otros bloques también capitalistas, los BRICS, le disputan esa hegemonía.

Deducimos entonces que la violencia desatada sobre países del arco musulmán, y su reflejo en Europa Occidental en forma de terrorismo, es el resultado deseado y perseguido por esa élite que sólo ve LA SALIDA en el conflicto bélico, por lo que se trataría de preparar a las sociedades occidentales mediante un estado de alerta permanente, en un estado militarizado y parapolicial cuyo aglutinante es la visibilización machacona y adulterada del Islam, de TODO el Islam como enemigo declarado, y no de las ramas rigoristas que decíamos antes, son funcionales al capitalismo.

Se pretende así justificar el llamado "choque de civilizaciones", esto es y hablando sin tapujos, una guerra "en un Mediterráneo ampliado", que resuelva las necesidades del capitalismo occidental, agresor primigenio, de impedir acceso de Rusia o China a estos recursos, de eliminar resistencias en naciones productoras – retornándolas en lo que convencionalmente ya se denomina "retorno a la Edad de Piedra" - y descartar además potencias medianas y países pequeños ante la constatación de que no hay recursos para todos.

Una guerra necesita propaganda y demonización del enemigo, real o no.

Y ese es el papel que juega Le Pen en Francia, ocultando - cómo no - los intereses de las clases dominantes francesas (¿se nos olvida que ningún candidato habla de superar el capitalismo?), enmascarándolo en un patriotismo chauvinista, en la pérdida de la "grandeur", en la agresión a los valores de la república francesa, por aquellos que - cómo no - representarían un peligro tanto externo como interno: el Islam.

El error es creer que Le Pen es ajena a este sistema de confrontación y no parte activa en él, en una retroalimentación permanente, en la que poco importaría quien se haga con el sillón presidencial: el caballo de batalla de Le Pen para obtenerlo es el Islam y esa es la diferencia que en el corto plazo marcaría con el resto de candidatos, una diferencia que abre la puerta al componente racista y xenófobo, necesario para dirigir a las masas de "franceses originarios" hacia este supuesto enemigo y no hacia quien ya no puede asegurar tasas de bienestar para todos: un capitalismo en fase terminal.

Le Pen ha tenido la oportunidad de denunciar y pedir la salida de las tropas francesas de Malí, Níger o Chad. De pedir el fín de la injerencia francesa en África. No lo hizo. Las clases dominantes y sus intereses empresariales no se lo permitirían, no la hubieran dejado llegar tan lejos en la nominación al Elíseo.

¿Por qué íbamos a creer que respetaría la no intervención en Siria?

Presentar a Le Pen como una adalid de la lucha contra el terrorismo, ocultando el papel de defensa, no de las clases obreras, sino de las élites económicas francesas, es como mínimo un error.

Un saludo, de  @inxtu






viernes, 4 de marzo de 2016

De la derrota táctica a la victoria estratégica.


Evo Morales no podrá optar a presentarse en el 2019, en la que sería su cuarta reelección a la Presidencia de Bolivia. La tasa de pobreza bajó desde un 60% a un 32% desde su primer mandato en el 2006. Una política en la que se nacionalizaron hidrocarburos, se expulsó a la todopoderosa DEA y se construyó Estado a través del Movimiento Al Socialismo, le granjean las antipatías y la "guerra encubierta" contra su Gobierno desde sectores oligárquicos.




 


135.154 votos, esa es la diferencia entre los votos a favor del No y del Sí en el referéndum por la repostulación del Presidente Evo Morales.

Pero más allá de la imagen que quieren presentar algunos “analistas” de un país dividido, lo único que demuestra esa escasa diferencia es una campaña electoral de alta intensidad en la que los votos del No carecen de paternidad política, no hay ningún líder o partido político que pueda atribuírselos, mientras que los votos del Sí se pueden contar como un apoyo irrestricto al gobierno de cambio que encabeza Evo.

Una vez conocidos los resultados finales y sobre todo debido al estrecho margen entre una y otra opción, es necesario reflexionar con detenimiento sobre los resultados y la campaña electoral, donde encontramos algunos méritos de la derecha y el imperialismo, y algunos errores del oficialismo, que serán clave analizar para encarar la Bolivia 2016-2019. Es en los próximos 3 años donde la derrota táctica sufrida en este referéndum puede servir como impulso para lograr una victoria estratégica en 2019.







Un texto de Katu Arkonada que puedes leer completo en
De la derrota táctica a la victoria estratégica.





martes, 1 de marzo de 2016

*** Sospecho que soy terrorista (1/12/2009)

Viñeta de Kalvellido.




Yo antes no era así, vivía feliz mirando tele, trabajando en precario, 
leyendo poco.
Bebía cervezas, masticaba chicle, iba de compras, saludaba al jefe... 

Todo iba bien. Pagaba mis deudas , soñaba con que me tocara la 
lotería, con ir de vacaciones, con estar un día completo en la cama, en 
fin, cosas sencillas, compraba el periódico los domingos, saludaba de 
lejos a las vecinas, felicitaba las navidades a mi familia, todo bien , 
todo correcto.
Pero últimamente no sé qué me pasa, no sé cuando empezó todo, no 

sé, ciertamente, si el inicio estuvo en la ley de partidos, o fue antes, 
no sé si se agravó mi crisis con las detenciones, no sé 
verdaderamente si tuvo la culpa Bush o Aznar o Garzón o Marlaska, 
no sé si es por la censura, por la tortura o por la manipulación. No sé 
si tiene algo de responsabilidad en mi situación, Palestina o Irak 
o Guantánamo o Soto del Real, no sé si es porque llevan esposados a 
los jóvenes, a los emigrantes, a los disidentes, no sé si es por las 
huelgas de hambre, por los muertos de hambre, por los muertos de 
pena.
No sé si es por tanta mentira, por tanto descuartizador, por tanto 

mercader, por tanta impunidad, por tanta mordaza a sueldo.
Sospecho que soy terrorista. He empezado a respirar sin pedir 

permiso, a pensar sin pedir permiso, a hablar sin pedir permiso y esto 
dicen, es el peor de los síntomas en una sociedad aterrorizada como 
la nuestra donde la palabra es la peor de las amenazas.





Un texto de Silvia Delgado que puedes leer en su blog "Si vis pacem" 
*** Sospecho que soy terrorista (1/12/2009)




domingo, 28 de febrero de 2016

Petróleo, mercados financieros y recesión global.

              








Hoy la crisis adquiere un nuevo semblante. Ya no se trata simplemente de conexiones entre segmentos del sistema financiero. Hoy existe una relación estrecha entre el derrumbe en los precios del petróleo y el colapso y volatilidad extrema en los principales mercados financieros. Los precios del crudo hoy actúan como una señal de alarma sobre el mal estado de la economía mundial. La crisis ha completado un ciclo y en lo que va de este año las pérdidas acumuladas en Wall Street ascienden a más de 1.6 millones de millones de dólares.

Una de las razones por las cuales el colapso en el precio del crudo afecta todo tipo de mercados financieros es relativamente sencilla. Muchos grandes inversionistas, desde fondos hasta grandes corporaciones, sufrieron en 2015 un castigo brutal en el componente de sus carteras de inversión relacionado con mercancías básicas o commodities. Hoy esos mismos inversionistas han comenzado a deshacerse de acciones y títulos financieros con el fin de reducir el perfil de riesgo de su cartera total. Y como se dice en la jerga financiera, eso ha afectado el sentimiento del mercado y ha intensificado la tendencia a vender en corto.







Un texto de Alejandro Nadal que puedes leer completo en
Petróleo, mercados financieros y recesión global.




sábado, 27 de febrero de 2016

La amenaza takfirí en el Cáucaso Norte.

En la década de los 90 en plena descomposición política, social y económica de las Repúblicas herederas de la disolución de la URSS, los procesos independentistas inducidos en gran parte desde el exterior, pretendían desarraigar del inconsciente colectivo la unidad y solidaridad entre pueblos afianzados durante la etapa soviética. Uno de sus episodios más brutales fueron las guerras chechenas, auténtico agujero negro para los derechos humanos. Hoy, el Cáucaso es una de las puertas de entrada de la amenaza yihadista sobre Rusia, exportada desde Siria e Irak por el Estado Islámico.



Tras una sangrienta guerra que dejó decenas de miles de muertos, la estrepitosa derrota de la Rusia de Yeltsin trajo tras de si la independencia definitiva de Ichkeria, consolidando un efímero estado que duraría sólo tres años (1996-1999). Una Ichkeria que sin apoyos internacionales -a excepción del Emirato Islámico de Afganistán- estuvo sumida en el más absoluto caos, y se caracterizo por la continua lucha de poderes entre clanes rivales, los turbios negocios de una parte de la oligarquía rusa con el independentismo y el crimen organizado. En este contexto, el wahabismo fue adquiriendo cada vez más peso en la sociedad chechena y consiguió radicalizar a las principales figuras del independentismo checheno, hasta entonces considerados laicos o de corte islámico moderado.

Figuras como Aslán Masjádov o Shamil Basáyev - este último responsable del ataque terrorista contra la escuela de Beslán en 2004 - pasaron de profesar un sunnismo espiritual al wahabismo más radical.






Un texto de Ibai Trebiño @ibaitrebino que puedes leer completo en 
La amenaza takfirí en el Cáucaso Norte.